martes, 30 de agosto de 2011

Entre papeles y pantallas

Las concepciones legitimadas a lo largo del tiempo acerca de cómo se produce y se transmite el conocimiento están siendo fuertemente cuestionadas por la irrupción de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (Tic’s). Con el texto digital como nuevo soporte, se abre el debate entre el siguiente binomio: libro vs texto digital, como si la aparición y posterior aceptación de este último implicara la desaparición del libro. Así, las polémicas surgen a partir de la toma de posiciones controvertidas que extreman desde el rechazo apocalíptico que critica la dependencia tecnológica a la integración total que ha llegado a pronosticar la muerte del libro. 


La complementariedad de texto tradicional y virtual parece ser un camino, si lo que más interesa es la formación de lectores críticos. 

Con la inmaterialidad constitutiva y el desbordamiento cognitivo como sus principales características, el texto digital presenta sus ventajas y desventajas frente al texto analógico que tiene al papel como soporte. 

Comencemos por las ventajas. En este caso más que ante una ventaja tendríamos que hablar de un nuevo modo de lectura. Ya que el desbordamiento cognitivo o la sobreabundancia de información que presenta internet con su texto digital ofrece un modo de lectura no lineal, es decir, múltiples relaciones que se pueden establecer a través de etiquetas, enlaces, hipervínculos, referencias, etc., un modo de lectura que, sin embargo, puede resultar caótico para un lector tradicional por su falta de orden fijo y estructurado (características del texto tradicional) presentándonos nuevos desafíos y oportunidades. 

Esa estructura de bites en pantalla soluciona el gran problema de andar acarreando aquellos grandes libracos poniendo a nuestro servicio gran cantidad de textos en aparatos cada vez más pequeños y así olvidarnos de volúmenes pesados y costosos, adjetivo no menor, ¡porque los libros están cada vez más caros! . 

También debe considerarse el acceso a textos que solo unos pocos podían y que brinda la web llegando a lugares insospechados. Hoy se puede descargar “casi” de todo, y en cualquier lugar (donde haya conexión, por supuesto). Manifiesta es entonces la importancia de estas nuevas tecnologías, y al texto digital en potencia, como herramientas que tienden a la democratización del conocimiento en una sociedad posmoderna (como lo hizo la imprenta en su momento). 

Sin embargo, la resistencia que presenta el de papel ante caídas y golpes y su comodidad le otorga sus ventajas, porque podemos, sin caer en fetichismos, tocarlo, palparlo, olerlo; pero además ¡no necesita energía! más que la que del lector para poder acceder a él. 

De manera que no debe ignorarse la importancia que el texto digital tiene como nuevo soporte en las prácticas de lectura y escritura tanto para la producción y la difusión de las ideas y el conocimiento. En esa tarea, texto tradicional y virtual pueden integrarse pues, cada uno tiene sus ventajas a ser aprovechadas. 

Debería profundizarse el acceso a estas nuevas tecnologías teniendo en cuenta los cambios a nivel cognitivo y social que implican. La educación debe formar lectores críticos y competentes que sepan aprovechar las ventajas y desventajas que ofrecen los dos formatos y complementarlos en la práctica de la lecto-escritura como parte de una competencia comunicativa que tanto exige un mundo cada vez más globalizado, con la desigualdad como bandera, sin adoptar posiciones extremas. La dependencia tecnológica no es tal si somos usuarios conscientes aunque un futuro sin electricidad parezca inimaginable. 



Omar E Lucero.

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